El día después de mi última entrada, esa que decía que este sitio web llegaba a su fin, estaba planificado que mi vida cambiaría radicalmente. Y así fue. Pero si hay algo que resultó más demoledor que ese cambio radical, fue que el cambio me pasara por encima, luego se revirtiera y todo volviera a ser como antes. Como si nada.
Perdí la casa que creí que tendría. Todavía me queda esta. No me voy.